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Día 8: Llegamos a Viena

Sábado 20 de octubre 2019

Después de recorrer toda Austria en coche, por fin hoy, llegamos a Viena. Nos despertamos en la Pensión Scherwirt de Graz. Tal y como dijimos un pequeño hotel familiar y muy acogedor. Disfrutamos del buen desayuno del hotel y cargamos todo en el coche y a conducir hacia Viena! Son unos 200 Km y unas 2h de viaje, por cómodas autopistas.

Decidimos aprovechar el coche de alquiler para visitar un monumento imprescindible de Viena. Ubicado un poco a las afueras nos acercamos a visitar el Palacio de Shönbrunn. Aparcamos el coche en un aparcamiento cercano, ya que el aparcamiento del  palacio estaba en obras y al tener menos plazas estaba completo.

Palacio de Schöbrunn

El palacio de Schonbrunn es una visita obligada en un viaje a Viena. La forma exterior del edificio y el entorno  recuerda mucho al Palacio de Versalles y otros palacios franceses con unos jardines increíbles. El edificio era la residencia de Verano de la familia real, nosotros no visitamos su interior pero algunos dicen que su decoración en estilo rococó es excelente. El edificio es inmenso no cabe entero en una fotografía, y el entorno es fantástico un jardines enormes en un estado de conservación excelente.

Paseamos un buen rato por los jardines, intentando hacer fotografías para que salga todo el palacio, para que se vea la belleza de los jardines y además que salgamos guapos, que eso es lo más difícil.

Los jardines son impresionantes y no nos cansamos de pasear, admirar las vistas, hacer más fotografías. Nos acercamos al arco de la Gloria que está un poco en alto y las vistas son mejores. Las vistas del palacio con la ciudad de Viena al fondo son fascinantes y enamoran enseguida.

Seguimos explorando los jardines y nos acercamos a lo que dice que son unas ruinas romanas, luego el palomar y una fuente que no están ubicados en la zona principal, no es lo mejor pero bueno es un camino alternativo.

Vamos andando otra vez hacia el edificio del palacio, y no podemos evitar hacer alguna foto más, la verdad es que es tan bonito que estaríamos horas allí disfrutando. Ya es hora de comer pero incluso casi en la puerta no podemos evitar hacer la última fotografía.

 

 

Camino al apartamento

Volvemos al aparcamiento para recoger nuestro coche, y nos atrevemos a entrar con el coche al centro de Viena, es una ciudad con unos conductores muy respetuosos y fácil para conducir. Para estos cuatro días en Viena tenemos reservado un apartamento a través de Airbnb, ubicado cerca de la estación central de tren. ¡Así que allá vamos! El GPS nos marca un aparcamiento en un centro comercial llamado Columbus Center cercano al apartamento. Comemos en un restaurante de allí y nos acercamos a nuestro apartamento a dejar todas las maletas. Un pequeño descanso y volvemos cerca del aeropuerto para devolver el coche de alquiler.

El coche era de Fox Autorent, tienen la oficina alrededor del aeropuerto, devolvemos el coche, lo revisan concienzudamente, y no hay ningún problema, hemos seguido nuestros consejos para las vacaciones Fly&Drive. Todo perfecto acabamos el papeleo y nos acercan al aeropuerto. Una vez allí cogemos el tren que nos devuelva a la estación central de Viena, es un trayecto de unos 20 minutos. Ojo que hay un tren que llaman CAT que también va al centro de Viena pero va a otra estación.

Así que todo preparado para disfrutar de Viena, coche devuelto y llaves del apartamento en mano.

Primera toma de contacto con Viena

Son casi las seis de la tarde y aunque empieza a anochecer salimos a conocer Viena. Nos habíamos dado de alta en el servicio de alquiler de bicicletas de Viena. Con una tarjeta cada uno, admite tarjetas de crédito y débito nos damos de alta un usuario cada uno, así que la primera vez perdemos un poco de tiempo confirmando los datos y todo listo para disfrutar Viena pedaleando, Es una ciudad con muchos carriles bici y unos coches muy respetuosos con las bicicletas.

Cerca de la estación de tren a unos minutos del apartamento, hay varias paradas de bicicletas. La primera visita es el Stadtpark y vemos el monumento a Johann Strauss, famoso músico vienés. Andando un poco ya por el centro y disfrutando de las impresionantes calles de Viena, llegamos a la catedral de San Stefan de Viena. Sábado por la noche el centro está lleno de gente y con mucha vida, es una maravilla. En el centro de Viena se concentran casi todos los principales monumentos, y tiene un tamaño perfecto para recorrerlo andando. Así que paseando vamos descubriendo sus calles y damos un primer vistazo a monumentos tan famosos como la Ópera, el hotel Sacher, el palacio de Hofburg y mucho más. Cenamos algo en un puesto callejero y decidimos volver a nuestro apartamento a descansar.

Hay que decir que el centro de Viena y toda la ciudad nos ha encantado parece el decorado de una película, así que nos vamos al apartamento con ganas de descubrir más de la ciudad de Viena, así que al día siguiente seguiremos disfrutando de Viena, porque necesitamos viajar.

 

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