Sábado 24 de Febrero de 2018.
Como casi siempre que nuestras vacaciones incluyen viaje en avión, tenemos que poner el despertador muy temprano, alrededor de las cuatro de la madrugada arrancamos el coche desde nuestra casa en Vinaròs para ir al Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Como ya hemos comentado en otra entrada del blog, reservamos con antelación el aparcamiento del aeropuerto a través de la web de AENA, es un poco más de dinero que otros aparcamientos bajo coste, pero el hecho de poder dejar el coche en la terminal supone una ganancia de tiempo que merece mucho la pena. Llegamos alrededor de las seis al aeropuerto y en un momento estamos pasando el control de seguridad y buscamos nuestra puerta de embarque.
Habíamos buscado en skyscanner y tras comparar horarios y tarifas elegimos un avión que despega a las 7:20 de la mañana. Esta vez la compañía afortunada de contar con nuestra presencia es Vueling. El vuelo sin contratiempos, equipaje de mano en cabina, personal amable y llegada puntual. Aterrizamos en el aeropuerto de Sevilla y nos decidimos por ir en autobús hasta la estación de tren de Sevilla Santa Justa en el centro. El precio del bus es de cuatro euros por persona. Y vamos andando unos diez minutos hasta el apartamento de Airbnb que teníamos reservado. Rosario nuestra anfitriona es amable y pese a que llegamos antes de hora nos permite dejar las maletas.
A buscar el dorsal
Volvemos otra vez con autobús a la
Visitamos la zona de las setas de Sevilla, nos acercamos a la zona de la Catedral, la Avenida de
mañana nos espera un buen esfuerzo.