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Pasear por Budapest, Día 3

Lunes 18 de marzo 2019

Hoy estamos preparados para pasear por Budapest. Nos despertamos descansados después de haber dormido genial en nuestro apartamento de Airbnb. Desayuno e higiene mañanera y todo listo para pasear por Budapest. Hoy nos sale un día nublado pero no hay previsión de lluvia, eso sí, nos tenemos que abrigar bien que refresca bastante.

Funicular del castillo de Buda

Nos movemos en autobús hasta la plaza Adam Clark, en la parte de Buda. Nos acercamos y compramos el billete de subida para el funicular del castillo, pensamos que en la bajada no nos cansaremos tanto y así ahorramos un poco. El precio es de 1200 HUF que son unos 3.60€. El funicular se inauguró el 1870 y es el segundo más antiguo de Europa. Así que merece la pena hacer un viaje en el y disfrutar de sus vagones de madera y su traqueteo. Una vez arriba empezamos nuestra visita por la parte alta de la ciudad.

Castillo de Buda

Justo al lado de la estación alta del funicular se encuentra el castillo de Budapest. Era el castillo real, pero actualmente es la Galería de Arte y el Museo de Historia. Eso sí las vistas que nos ofrece de la ciudad y del Danubio son fascinantes. Paseamos por los jardines del castillo, haciendo muchísimas fotos tanto a las vistas como al castillo. Por supuesto también nos hacemos selfies sin parar aunque en lo alto, hace un poco de viento y salir bien peinados es complicado. Paseamos hasta un mirador impresionante que hay para hacer más fotos, pero tranquilos no las pondremos todas en el blog, sería demasiado largo. Damos la vuelta y paseando nos acercamos hasta la Iglesia de Matías.

Iglesia de Matías

La Iglesia de Matías es una iglesia que se acabó de construir en 1470 finalizando añadidos y construcciones a edificaciones religiosas que se empezaron a construir en el 1015 en ese lugar. El precio de la entrada es de 1800 Florines unos 5.40€ por adulto. Por fuera es muy bonita, además en la ubicación en la que está la hace todavía más llamativa con su piedra color claro. Pero el interior merece aún más la pena, muy decorado y pintado, bien iluminado y un suelo con un dibujo curioso o diferente. En este enlace, podéis ver una foto esfera que hicimos para que os hagáis una idea del interior de la Iglesia de Matías. Estamos un buen rato haciendo fotos y paseando por su interior, admirando su decoración, incluso nos sentamos un rato admirando su belleza.

Bastión de los Pescadores

Salimos al exterior de la Iglesia de Matías y callejeamos por el famoso Bastión de los Pescadores. Es una mezcla de mirador, muralla, que nos sabes si la finalidad es defensiva, decorativa o para posturear y hacerse unas fotos maravillosas con vistas al río Danubio y a la ciudad de Budapest. Toda la zona es genial para pasear y disfrutar por el barrio, tanto es así, que bajamos andando hasta el puente de las cadenas, admirando las vistas hacia delante del río y hacia atrás de la iglesia de Matías y el Bastión. Disfrutando del paseo, que además al ser cuesta abajo no cansa tanto, haciendo fotos y admirando las vistas llegamos otra vez al puente de las cadenas y volvemos ha hacer alguna foto, es una enfermedad que tenemos… Cruzamos el río y nos acercamos al Mercado.

Mercado de Budapest

El Mercado central de Budapest es un edificio con un encanto mágico, conserva su encanto de mercado tradicional, pero muchos de sus puestos se han adaptado a turistas, pero en la planta baja todavía hay muchas tiendas con productos de alimentación y el famoso Paprika picante, no podemos evitar comprar un bote para probarlo en casa. La planta superior que no es completa, es como si fueran unos pasillos y terrazas ya tiene los típicos puestos de souvenirs con imanes de nevera y todo. Además hay algunos sitios para comer comida húngara con una pinta excelente y muy buenos precios, pero hay un poco espacio para sentarse y está a tope, preferimos no comer de pié, así que buscaremos otro sitio más adelante.

Hora de comer

Seguimos callejeando por Budapest y es hora de comer, justamente pasamos por delante de un McDonald’s así que no nos complicamos la vida. Para el pequeño Aritz, pedimos un Happy Meal pero los adultos lo pasamos mejor montando el juguete. La verdad es que estamos muy cómodos y muy entretenidos, así que pasamos un rato y aprovechamos para descansar un poco.

Con las energías un poco recuperadas nos acercamos a ver el árbol de la vida situado en un patio trasero de la Gran Sinagoga de Budapest. Es un árbol metálico que simboliza la vida y a su vez un monumento a los judíos ejecutados durante la Segunda Guerra Mundial. El único problema es que la entrada a la Sinagoga es carísima casi 20 € por persona, así que nos acercamos por detrás y a través de una reja lo vemos. Una curiosidad más que ver la ciudad de Budapest.

En Metro a la plaza de los Héroes

Nos acercamos a la parada de metro de la línea 1 y nos montamos en él. El Metro y las paradas son pequeñas, conservan el estilo de cuándo fué construido. Ese aire retro le da un toque muy especial. Pero funciona perfectamente, eso sí hay vigilantes a la entrada y a la salida de las estaciones, así que subir sin billete no merece la pena, te pillan seguro. Además el precio no es muy caro si compras 10 billetes sale a 1 Euro el trayecto.

Salimos a la superfície y la Plaza de los Héroes es inmensa un monumento como no podía ser de otra manera a todas esas personas que lucharon y sufrieron los estragos de las grandes Guerras. La plaza es casi idéntica a la que ya vimos en Viena, pero sin fuente. Un lugar fantástico para corretear y jugar un poco con el pequeño Aritz sin peligro del tráfico. Después de muchas fotos con posturas extrañas y pasar un buen rato, seguimos paseando.

Nos acercamos al castillo de Vajdahunyad, parece sacado de un decorado de alguna película, rodeado por unos gigantescos jardines. En esa zona están el Balneario Szechenyi y nos acercamos para ver horarios y precios para el día siguiente y si hay mucha gente. Por fuera tiene mucho encanto, es un edificio con ese aire clásico de la nobleza. El personal muy amable nos informa de precios y horarios y nos explican que por la mañana suele haber mucha menos gente. Así que decidimos que mañana vendremos a bañarnos.

Vuelta al apartamento

Son ya casi las 6 de la tarde y estamos cansados de callejear todo el día, así que decidimos coger el metro hasta nuestro apartamento de Airbnb para cenar y descansar. Justo debajo del apartamento hay una pizzería que hace una pinta fantástica, así que no lo dudamos encargamos para llevar y las comemos tranquilamente en nuestro apartamento. Charlamos un rato todos en la mesa, repasando los buenos momentos del día y planeando un poco la organización del día siguiente que ya es el último de nuestras vacaciones.

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