1 de noviembre de 2017. Día 5 de viaje
Despertarse cerca del Mont Saint-Michel
El plan del día de hoy es claro, primero visitar un poco un poco más el Mont Saint-Michel y luego vamos a averiguar que ver en St Malo, una ciudad que está ubicada a poco más de una hora en coche de la famosa abadía francesa. Así que si estáis interesados en saber que hicimos en este día de nuestro inolvidable viaje por Francia en coche os animamos a que sigáis leyendo un poco más y así descubriréis que ver en St Malo y conocer un poco más el Mont Saint Michel.
A cada uno le gusta hacer lo que le gusta
Un breve paréntesis antes de explicar la parte más viajera de nuestro día. A mí me gusta correr (aunque voy muy despacio) y una de las muchas cosas que tenía previstas hacer en este viaje era hacer un pequeño entreno por la zona del Mont Saint Michel. Así que sin pensármelo dos veces, pongo el despertador un poco más temprano de lo habitual para hacer algo de running por los alrededores del Mont Saint Michel. Como explicamos en la entrada del día anterior, nuestro hotel Gabriel, se encuentra a pocos kilómetros del Monte, en una carretera con el tráfico restringido. Así que es una zona ideal para salir a correr un poco, sin cruces, semáforos y además a estas horas de la mañana, sin turistas. Sé que después de leer estas breves líneas, muchos pensaréis que estoy loco. Pero a los que les gusta un poco el running lo entenderán. Correr por un lugar diferente, sin gente y admirando unas vistas fantásticas es algo único que compensa el fresco que hacía a las 7:30 de la mañana. Aquí tenéis un enlace al entreno por si alguien tiene curiosidad.
Regreso al hotel y último paseo por el Mont Saint Michel
Después del pequeño entreno, en el Hotel Gabriel una ducha bien caliente y ésta vez tenemos el desayuno incluido. Es el típico desayuno de hotel. Estilo bufé con cereales, fruta, embutidos, etc. Reponemos las energías a tope y ya hacemos el check-out dejamos las maletas en el coche, pero dejamos el coche aparcado en el hotel (incluido en el precio de la habitación) Decidimos ir en bus, y a unos 50 metros del hotel está la parada del bus lanzadera (gratuito) que te lleva hasta la pasarela del Mont Saint Michel. Las mareas están bajas y la verdad es que rodeado de arena no parece tan impresionante como en algunas fotos que hemos visto, pero aun así es un sitio precioso.
Visitar el Mont Saint Michel
Una de las primeras edificaciones que nos encontramos solo pasar las murallas del Mont Saint Michel, alberga la oficina de turismo. Allí, a parte de encontrar información sobre la zona, también podemos comprar las entradas para ver la abadía, ubicada en la parte más alta de la fortaleza. El precio es alrededor de los 10 euros por persona. Puede parecer un poco caro, pero las vistas, el lugar y todo el conjunto hacen que desde nuestro punto de vista merezca la pena pagar esa cantidad. Así que poco a poco seguimos nuestro paseo por el interior de las murallas del Mont Saint Michel. Las calles están plagadas de tiendas de regalos y recuerdos, restaurantes y sobre todo, de turistas. Sinceramente, en algunos momentos se tiene más la sensación de estar en un decorado de película o un parque temático que en uno de los monumentos más famosos e importantes de Francia.
La abadía del Mont Saint Michel
Después de pasear por todas las calles comerciales y turísticas, llegamos a la parte alta del peñón. Que es donde se encuentra la abadía del Mont Saint Michel. La abadía es muy grande, tiene muchas salas con una arquitectura fascinante. Destacan los jardines, el claustro y sobre todo la iglesia. Aunque lo que más nos encantó, evidentemente, son las vistas. Del propio edificio, de sus rincones y del entorno del monte como el océano y todo el terreno de alrededor. También tiene su encanto hacerte una idea de como se vivía allí sin las modernidades actuales. Durante la visita vemos chimeneas, pozos y un sistema de montacargas que debía ser una maravilla para su época.
Vamos saliendo del Mont Saint Michel
Hemos llegado y admirado el Monte desde su parte más alta. Así que con toda la calma, vamos volviendo por el mismo camino. Aprovechamos para asomarnos en alguna torre o en algún mirador desde las murallas. Y por supuesto, seguir haciendo fotos. La verdad es que hacemos miles, pero por desgracia en las fotos no se observa la maravilla de las vistas. Esta alta roca entre el océano y una gran llanura. Tenemos el coche, aparcado en el hotel Gabriel, donde hemos pasado la noche. Justo delante hay una tienda de souvenirs con bar y restaurante. Y como es hora de comer, compramos unos bocadillos y unos refrescos. Sin perder mucho más tiempo nos ponemos en marcha otra vez. Esta tarde vamos a descubrir que ver en St Malo. Vamos de espabilados y decidimos ir por la carretera de la costa, pensando en admirar las vistas, pero las mareas están bajas, así que solo vemos al lado de la carretera unas enormes extensiones de arena, que hacen que casi no se vea el agua.
Ahora si, que ver en St Malo
St Malo, es una ciudad amurallada ubicada al norte de la región de la Bretaña. Con el coche intentar aparcar en los intramuros, puede ser bastante complicado, así que nos vamos a la opción fácil y elegimos un aparcamiento de pago en la zona del puerto, muy cerca de las murallas. Alrededor de las murallas hay muchos aparcamientos. Así que ahora con el coche aparcado nos disponemos a averiguar que ver en St Malo. Lo primero, nos acercamos a la playa y con la marea baja vemos el «Fort National» que es un fuerte construido en 1689 por el arquitecto Vauban (que era el arquitecto de Luis XVI) vemos que está lleno de turistas. Seguro que debe ofrecer unas vistas espectaculares de las murallas de la ciudad. Andamos por la arena con intención de ir hacia el fuerte, pero vemos algo a lo que no estamos acostumbrados en el agua. Nosotros somos del mediterráneo y nos llama mucho la atención. El mar está muy calmado pero vemos que cada pequeña ola que viene, por decirlo de alguna manera no vuelve. Con el pie, marcamos una pequeña línea en la arena que en pocos segundos se la come el agua. Y en unos minutos ya vemos que los turistas que vuelven del fuerte, se están mojando los pies y unos minutos más, ya ¡les va el agua por la cintura! Nos quedamos fascinados con lo rápido que suben las mareas. Así que tomad nota, al visitar el Fort National de St. Malo, aseguraos de la marea o llevad ropa de repuesto. Ahora, el fuerte ya es una isla. Dejamos la inmensa playa y nos vamos a ver el centro de St Malo.
Que ver en St Malo, cruzando las murallas
Después de esta experiencia con las mareas, nos ponemos en marcha para descubrir el interior de la ciudad de St Malo. El nombre de la ciudad viene de un monje galés llamado Maclou que desembarcó para difundir el cristianismo en en el siglo VI. Entre los siglos XVI y XIX el puerto tuvo muchísima importancia y prosperidad gracias a sus marineros que participaron muy activamente en la conquista del Nuevo Mundo y los corsarios que atacaban a navíos extranjeros con permiso del rey. Nosotros con para que ver en St Malo cruzamos la muralla por la puerta de San Tomás que además está ubicada frente al castillo de St Malo. Es una antigua fortificación construida entre los siglos XIV y XV que actualmente aloja museos y acuarios en sus varios torreones.
Callejear por St Malo
Decidimos recorrer un poco las murallas por arriba. Sinceramente, las vistas son increíbles, del mar, las murallas, las playas que van desapareciendo con la marea. Es un recorrido fascinante que nos va dejando embobados y haciendo muchas fotografías. Después de recorrer un tramo de murallas nos adentramos al centro de St Malo. Nos sorprende esa mezcla de lo antiguo y lo moderno que se respira por el laberinto de calles de St Malo. La catedral de San Vicente construida en el siglo XII es visita obligatoria, aunque ha sufrido muchas remodelaciones a lo largo de los años. Hoy es un día festivo, y las calles están abarrotadas de gente y por el centro hay muchas tiendas y restaurantes con terraza. Por supuesto, también tenemos que destacar las magníficas puertas que encontramos por toda la muralla. como la Puerta Grande del siglo XV.
Nos despedimos de St Malo
Ya llevamos unas cuantas horas callejeando por St Malo, y la ciudad nos ha encantado. Pese a que no tiene monumentos super famosos, todo el entorno, murallas, mareas y ese contraste de modernidad y antigüedad nos ha encantado. Así que recomendamos mucho hacer una parada por St Malo si estáis recorriendo Francia o la Bretaña en coche. Antes de volver a por nuestro coche, queremos comprobar como ha subido el nivel del mar y nos quedamos alucinados. La marea ha desaparecido tanto que la playa ha desaparecido y el fuerte parece una isla lejana. Y eso que nos habían dicho en el Mont Saint Michel que no había mucha diferencia entre las mareas altas y bajas. ¡Fascinante!
Ahora a buscar un hotel
Después de habernos enamorado de la ciudad de St Malo, el viaje debe continuar, volvemos al coche y nos dirigimos a nuestro próximo destino: Dinan. Como todo el viaje reservamos a través de Booking reservamos el Hotel le Campanile a las afueras de Dinan. Es un hotel básico con aparcamiento gratuito, sencillo y a buen precio. Para cenar nos acercamos al centro de Dinan para echar un vistazo de noche. Dinan es una ciudad con el encanto de la Bretaña que descubriremos al día siguiente. Encontramos un restaurante donde comimos «galets», típicos y deliciosos de la Bretana Francesa. Volvemos a descansar al hotel para dormir y reponer fuerzas.
El resumen de la ruta de hoy en Google Maps, esperamos que os guste.