Día 3: Callejear para descubrir Copenhague

Lunes 22 de mayo de 2017.

No estamos totalmente recuperados, los chicos estamos con las piernas cargadas de amor tras correr el día anterior los 42 Km del maratón de Copenhague. Pero las ganas de descubrir la ciudad nos pueden así que empezamos a caminar. Salimos de nuestro apartamento de Airbnb y esta vez no usamos la bicicleta eléctrica de Bycyklen porque nuestra primera parada es la fortaleza de Kastellet, una fortaleza que se construyó por primera vez en 1626, pero que tras varios ataques se reconstruyó varias veces, la última en la segunda guerra mundial. Al lado está el molino Kastelsmollen y no podemos parar de hacer fotos con todas las zonas verdes que hay. Sin prisa a nuestro ritmo, continuamos con el paseo y ahora nos acercamos a St. Alban’s Church y seguimos viendo más verde, no parece que estemos en una ciudad… Al lado está la fuente de Gefión y no podemos evitar la foto divertida.

Llegamos a la Sirenita

Seguimos andando y llegamos a la famosa sirenita. Y aunque nos la esperábamos más grande está llena de gente y turistas, como los cruceros amarran cerca es el primer punto de su visita… Hacemos más fotos, son todavía las diez de la mañana y ya hemos hecho muchísimas fotografías. Justo al lado hay una estación de bicicletas Bycycklen y como prepagamos 10 horas de uso, todavía nos queda tiempo. Introducimos el usuario y contraseña en la tablet de la bicicleta y además tiene Google Maps dónde introducimos nuestra próxima parada, la plaza del ayuntamiento. Y pedaleamos hacia allí… os dejamos aquí un vídeo divertido de nosotros pedaleando por la ciudad (podéis reiros de nosotros, hay confianza…). El ayuntamiento es un edificio de 1905 que recuerda un poco al de Estocolmo. En la esquina hay una escultura del escritor danés más famoso, Hans Christian Andersen. Y al cruzar la calle está el famoso parque Tivoli, abrió sus puertas en 1843 y dicen que es un parque para pasar el día sobretodo si vas con niños, nosotros no tenemos demasiado tiempo así que decidimos no entrar.

Por el centro de Copenhague

Seguimos andando a nuestro ritmo, ya es un poco más de media mañana y comemos un perrito caliente en uno de los muchos puestos callejeros que hay. El paseo por las calles del centro con casas bonitas, bicicletas aparcadas, se hace fácil y nuestras piernas nos llevan a la torre redonda (Rundetarn), con 35 metros de altura y una subida en rampa espiral de 209m de largo, ofrece una buenas vistas de la ciudad por 25 DKK (unos 3.40€) La vista es sorprendente, no hay grandes edificios como en cualquier otra ciudad, en cambio se ven manchas verdes por todas partes, árboles, parques, jardines, zonas verdes, etc. Continuamos por la calle Stroget, la calle más comercial de Copenhague, y por casualidad entramos en el centro comercial Illum, una especie de Corte Danés… y la verdad es que arriba del todo hay una cafetería con una terraza y unas vistas que merecen la pena, eso sí, los precios son elevados nosotros le echamos un poco de morro y nos hicimos algunas fotos rápidas y a seguir.

Las casas de colores

Llegamos al fin a la zona más famosa de Copenhague, el puerto de Nyhvan con sus casas de colores, y como ya teníamos planeado subimos al barco turístico. Y por unos 8 euros, tenemos un tour de una hora, dónde sin cansarnos demasiado, vemos la ciudad desde el agua y nos emocionamos a hacer fotos, muchas fotos. Nos acercamos otra vez a la sirenita y si pensábamos que ésta mañana había gente ahora hay mucha más… Sigue por los canales, por delante del moderno palacio de la Ópera, y por la zona centro de la ciudad. La verdad es que lo recomendamos totalmente. Empezamos a tener cansancio, y decidimos ir a comer al apartamento para seguir con las costumbres españolas, una buena siesta. Con las energías aún no del todo recuperadas, pero con mucha voluntad volvemos para dar un paseo, son ya las 6 de la tarde, pero el día es tan largo que todavía nos quedan horas de luz. Llegamos hasta la plaza de Nytorv y pasear por la orilla de los canales, es una gozada, hay bastante ambiente y gente paseando pese a ser lunes, pero ya empieza a ser tarde y volvemos sin prisa al apartamento. Aún así no podemos evitar hacer un poco el tonto en un parque que encontramos, gastando las últimas fuerzas que nos quedan… Y ahora sí que nos vamos a dormir para ver si recuperamos un poco de energías para el día siguiente, el último día de vacaciones. Necesitamos Viajar.

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