Domingo 21 de mayo 2017
Hoy es el gran día, después de muchos meses entrenando, nos toca hacer la excusa que habíamos buscado para viajar a Copenhague. Correr el maratón de Copenhague.
La verdad es que no dormimos demasiado bien, el hecho de que no haya persianas en el apartamento y que a las 4 de la madrugada el sol ya está allá arriba no ayuda mucho. Aún así descansamos algo, además la salida de la carrera es a las 9:30 así que con tiempo, tomamos un buen desayuno que nos aporte mucha energía y nos preparamos bien el uniforme «runner», dorsales, geles energéticos… Todo preparado y tenemos que ir hasta la zona de la isla de Brygge dónde está la salida y hacemos el calentamiento yendo con la bicicleta eléctrica «Bycyklen»
Una vez allí dejamos la bolsa en el guardarropa y ya nos contagia el ambiente runner, y ya tenemos ganas de empezar…
Empieza el maratón de Copenhague
Así que a las 9:30 empieza la carrera, ambientazo genial y el recorrido hace un
forma similar a un trébol con lo que Silvia moviéndose muy poco nos verá en cinco sitios y con la previsión de ritmos ya le decimos a qué hora pasaremos por cada sitio.
Como carrera hay que decir que la recomendamos totalmente, mucha gente animando, un ambiente muy sano y deportista y algunos puntos de animación que apetece parar y quedarse allí de fiesta. Los avituallamientos también muy bien… Van pasando los kilómetros y el calor empieza a apretar, en el kilómetro 33 el famoso muro hace acto de presencia y justo en ese momento vemos ambulancias atendiendo a
gente tirada en el suelo con goteros y todo… La razón se impone al corazón y nos separamos, Iván sigue adelante y con calambres en el último kilómetro llega a meta con un tiempo de 4h01m, por mi parte yo sufro un poco al final y con algunos ratos andando, llego a meta con 4h18m, como es tradición no paramos el reloj al llegar a meta y marca más tiempo, aquí podéis ver la actividad. En meta nos dan la medalla que nos sabe a auténtico oro. Con todo el cansancio, y andando como zombies, nos dirigimos al metro para acercarnos al apartamento, los corredores tienen el transporte gratuito, aún así el metro no llega a nuestro apartamento así que el último tramo volvemos a usar las bicicletas eléctricas. Buena comida en el apartamento, ducha y una buena siesta para reponer energías! Ésta vez no nos molesta la luz, dormimos un montón!
Por la tarde vamos a Christiania
Ya por la tarde, no estamos del todo recuperados, pero salimos a dar un paseo, nos acercamos al famoso barrio de Christiania, una especie de ciudad hippie sin ley, que a su manera tiene un orden y sentido. Es una zona muy bohemia y alternativa, igual hay un chatarrero que un artista pintando… Habíamos leído que no le gusta a la gente de allí que se hagan fotos en el barrio así que dentro no hicimos fotos, nos gusta viajar pero hay que respetar, no todo deben ser atracciones turísticas.
Seguimos andando a nuestro ritmo y pese haber corrido un maratón por la mañana
estamos bastante bien, eso sí las escaleras son muy duras… Por casualidad llegamos a una zona que no se nombra en ninguna web, ni guía… pero que para nosotros es la mejor zona de la ciudad para tomar algo y comer. Según Google Maps se llama Copenhaguen Street Food, parece ser un antiguo almacén industrial enorme pero dentro hay como chiringuitos, donde igual 
puedes encargar, hamburguesa, pizza, sushi, tailandés o brasileño. Hay mucha gente y además fuera unas terrazas compartidas con vistas magníficas. Pedimos un mojito para compartir y menos mal, que no pedimos más. Ya que no era de los mejores mojitos que hemos probado.
Ya es tarde y volvemos hacia el apartamento para descansar, todavía nos quedan dos días en Copenhague.
