Domingo por la mañana, 28 de mayo de 2017, desayunamos en nuestro hotel B&B Munich City-Nord, recogemos las maletas, cargamos nuestro coche de alquiler y nos vamos a visitar la cercana ciudad de Starnberg, unos 45 minutos con el coche. Situada a las orillas del lago Starnberger con unas fascinantes vistas con los Alpes nevados en el 
horizonte. Es muy relajante pasear por las orillas del lago. Aunque es finales de mayo y hace un día espléndido, nuestro sobrino Guillem, confirma que el agua está muy fría!!! Pasamos la mañana disfrutando de otro excelente parque en una zona verde, para los niños es una maravilla.
Decidimos volver hacia Munich, para estar cerca del aeropuerto, no 
vaya a ser que haya algún imprevisto de última hora, como ya visitamos el centro el día anterior, nos decidimos por la zona de Olympiapark. Y para mantener la costumbre alemana, en el parque hay unas mesas y varias casetas de comida, nos decidimos por unos perritos calientes exquisitos. Con el estómago lleno, Guillem quiere subir a un tren turístico que da la vuelta por todo el recinto olímpico, y como no podemos decir que no, pues subimos… Descubrimos que al lado está el BMW Welt, un edificio con 
exposiciones de BMW con entrada gratuita y aire acondicionado. Lo divertido es que en algunos coches y motos puedes subir y hacer fotos además de algunas cosas interactivas que harán que los niños disfruten un buen rato.
Continuamos nuestro paseo por la zona del parque olímpico y como buen ex-monitor de natación, no puedo resistir la tentación de acercarme a la piscina olímpica de Munich, donde el nadador Mark 
Spitz consiguió las siete medallas de oro en el año 1972. Se acerca la hora de partida de nuestro vuelo y tomamos rumbo al aeropuerto.
Nos preparamos para volver
Tenemos que devolver el coche de alquiler, pensábamos que nos costaría un tiempo, y nos llevamos una grata sorpresa, en Munich lo tienen muy bien organizado, todos los coches de alquiler se devuelven en el mismo sitio independientemente de la compañía. Se acerca un empleado con una especie de PDA, te pide el contrato de alquiler y te lo revisa al momento, está todo perfecto, te da un justificante y te desea buen viaje. Es un servicio excelente!!
El aeropuerto de Munich es enorme y nos liamos un poco con las puertas y terminales y suerte que hay unas cintas inmensas, Guillem se lo pasa pipa!! Por fin encontramos nuestra puerta y volamos de vuelta a Barcelona. Han sido cinco días fantásticos dónde hemos disfrutado muchísimo, y esperamos que nuestro sobrino Guillem empiece a entender el porqué necesitamos viajar!!
