Como ya hemos comentado ésta vez el compañero de viaje era nuestro sobrino Guillem, por fin, después de haber empezado a contagiar nuestra necesidad a sus hermanas, ésta vez era él. Y la verdad es ¡que se lo pasó pipa! El parque de Legoland es una maravilla, un parque relativamente pequeño que en un día se puede visitar pero merece la pena estar dos para probar todas sus atracciones. Además, está pensado para niños de como mucho hasta 10 años. Todas las atracciones son para niños, una especie de tren de la mina, el requisito de altura es 110 cm y luego hay dos voladoras un poco raras que es 125 cm. La decoración en todo el parque con figuras de Lego es asombrosa, apetece fotografiarlas todas. El alojamiento está muy bien, eso sí, está a unos dos kilómetros del parque, aunque hay un acceso secundario peatonal más cercano.
Los empleados son muy amables y los precios muy aceptables. Por encontrar un pero, el idioma, toda la cartelería en alemán y en inglés muy pequeño. Nada de castellano, nos tocó practicar ese inglés que todavía necesita mejorar. Y los espectáculos 90% en alemán. Por ejemplo en Port Aventura en los espectáculos van hablando en Castellano, Catalán, Inglés y Francés.
Además de Legoland, la región merece la pena
No solo recomendamos visitar el parque de Legoland, en las ciudades hay unas zonas verdes impresionantes, donde los niños disfrutarán. Pensando más en los adultos, hay algunas cosas de interés para visitar en la zona, la comida está bastante bien y los precios no son exageradamente caros como en otras zonas de Europa. Así que os animamos a que os planeéis un viaje parecido al nuestro y disfrutéis de los encantos de Ulm, Munich y os lo paséis en grande en Legoland.
