Viernes 11 de octubre de 2024
Llegamos a Gijón el día anterior por la tarde. En avión al aeropuerto de Asturias y con autobús al centro de la ciudad. Todo según lo planeado. Fuimos al hotel a hacer el check-in y aunque era tarde salimos a pasear un poco. Nos acercamos a la oficina de información y turismo para que nos recomienden un poco, nos atienden de maravilla. Mientras callejeamos un poco nos sorprendió mucho el ambiente que hay en varias zonas de Gijón, gente de todas las edades tomando unas bebidas en muchos bares y cafeterías. Hoy tenemos todo el día para descubrir qué ver en Gijón. Tras dormir y desayunar como campeones en el hotel Hernán Cortés, estamos preparados. Empezamos con nuestro día ya que hay muchas cosas qué ver en Gijón.
Empezamos las primeras visitas en Gijón
En la oficina de turismo nos dijeron que todos los museos municipales de la ciudad son gratuitos. Como buenos viajeros no podemos resistirnos a visitar el museo del ferrocarril de Asturias. De camino pasamos por «El Solarón» una gran zona verde sin árboles, nos llamó la atención porqué parece un prado en medio de la ciudad. Nos enteramos que era el espacio que ocupaba la antigua estación de ferrocarril y que el espacio lo usan en fiestas, puestos navideños, etc. Entramos al museo del ferrocarril. En la visita puedes observar y subir en algunos vagones o locomotoras antiguas. Junto con una exposición con una gran variedad de material ferroviario histórico. Aprendemos la historia del ferrocarril industrial muy importante con la minería y la siderurgia de la zona junto con el ferrocarril de pasajeros que fue una revolución para que la gente pudiera decir eso de ¡Necesitamos Viajar!
Primera visita incluida en la Visit Gijón Card
En la oficina de turismo nos recomendaron la Visit Gijón Card. Por 17€ por adulto tienes entrada al acuario bioparc (entrada 19€), entrada al jardín botánico (2,90€) y bus urbano ilimitado por dos días. Todo cómodamente en una app para el móvil. Así que con la Visit Gijón Card entramos en el acuario de Gijón. Se trata de un gran espacio donde se recrean diferentes zonas desde los ríos y mares cántabros hasta zonas tropicales. Nuestra visita en viernes por la mañana es una maravilla. Casi solos, podemos disfrutar de todo con calma y tranquilidad. En el acuario grande nos quedamos un poco embobados mirando los peces nadar tranquilamente. Al salir del acuario, nos llama la atención tres edificios en forma de barco que miran hacia la playa de Poniente.
Callejear un poco por Gijón
Paseando por el paseo de la Playa de Poniente disfrutamos de la tranquilidad que nos ofrece el entorno. La calma del mar y el puerto deportivo, combinado con algunas terrazas, y edificios. Todo esto sin el agobio de las grandes ciudades y con ese ambiente encantador. Tranquilamente llegamos a las letronas. Un reclamo turístico probablemente sin historia, pero donde todos queremos hacernos unas cuantas fotografías. Seguro que será un bonito recuerdo de nuestro viaje y la usaremos en alguna red social.
Primer contacto con Cimavilla de Gijón
Llegamos al barrio de Cimavilla y aquí si hay mucho qué ver, pero tranquilos no hace falta verlo todo rápido. Hay que disfrutar con todo lo que hay qué ver en Gijón. Lo primero que nos llama la atención es la escultura del árbol de la Sidra, ubicada también en el puerto deportivo. Se trata de una escultura de 12 metros de altura realizada con botellas de sidra recicladas. Sin duda otro de los lugares fotogénicos de la ciudad. Cruzamos un paso de peatones y estamos en la Plaza del Marqués. Y aquí destaca la fuente y estatua dedicada a Don Pelayo. Detrás de la fuente vemos el edificio más importante de la plaza. El palacio de Revillagigedo que actualmente es una sala de exposiciones temporales. Pero de momento nos quedamos admirando solo su imponente fachada. Porque a pocos metros en la misma plaza vemos un pozo que nos llama la atención. Se trata del pozo de la Barquera y fábrica de salazón, los restos de la fábrica están bajo tierra y no se pueden ver. En poco espacio hay mucho qué ver en el centro de Gijón. Aprovechamos las terrazas de la plaza y nos sentamos a tomar algo. Gijón se disfruta sin prisas.
Cimavilla un barrio con mucho encanto
El primer contacto con el barrio de Cimavilla nos está encantando. y todavía hay mucho más qué ver en Gijón y en Cimavilla. Hace un día espléndido con un cielo super azul. Así que nos saltamos muchos puntos intermedios en nuestra ruta y decidimos ir a ver el famoso «Elogio del Horizonte«. La obra del escultor Eduardo Chillida que está ubicada en la gran zona verde del cerro de Santa Catalina. No podemos evitar hacer fotografías del entorno y disfrutar de las vistas. Es casi la hora de comer y tenemos otra experiencia de Gijón que explicaros. Se trata de Gijón Gourmet.
A comer con Gijón Gourmet
Gijón Gourmet es una forma de promocionar la gastronomía de Gijón. Participan varios
restaurantes de la ciudad y cada uno ofrece sus especialidades o menús degustación. En nuestro caso fuimos al restaurante Ciudadela. Ubicado muy próximo a la playa de San Lorenzo y con una decoración adornada con aperos de labranza que le aportan un toque tradicional. Pero su cocina es maravillosa y sorprendente con unos sabores y texturas inolvidables. (¡Escribiendo esto se nos hace la boca agua de recordarlo!) Además el personal es muy atento y amable. Sin duda ha sido un acierto total la experiencia de Gijón Gourmet. Os animamos a probarla.
Seguimos descubriendo Gijón con calma
Después de una comida tan deliciosa, es muy tentador irse al hotel a hacer una siesta. Resistimos y decidimos pasear tranquilamente disfrutando de las vistas al Cantábrico recorriendo todo el paseo muro de San Lorenzo. Vivimos en el mediterráneo y siempre nos sorprenden las mareas. Como una playa inmensa se convierte en una playa pequeña y al revés. Nos fascina andar mientras vamos viendo cambiar el nivel del mar. Eso sí, de momento nada supera las mareas que vimos en Mont Saint Michel y
Saint Malo de Francia. Hablando con calma, disfrutando las vistas, cruzamos la desembocadura del río Piles y seguimos por la costa. Ahora con menos edificios y un poco más de verde en el paisaje. Llegamos al destino propuesto el monumento a la madre del emigrante. No somos expertos en arte, pero nos fascina como la escultura transmite ese sentimiento de dolor y pena. Muy cerca encontramos la escultura «Solidaridad». Hasta aquí llegamos. Decidimos volver hacia el centro de Gijón andando a nuestro ritmo. Nos siguen enamorando las vistas al mar y a la ciudad.
Mucho más qué ver en Gijón
Gijón es una ciudad que tiene mucho para ver y que se puede visitar con calma y sin prisa. Volvemos hacia el centro y en el paseo ahora paramos a hacer unas fotos a «La escalerona«. Una escalera con una torre donde hay un termómetro, un barómetro y un reloj. Nos quedan todavía más lugares que visitar en Gijón. Así que seguimos callejeando tranquilamente. Pasamos por la coqueta plaza mayor con sus dos lados porticados y el Ayuntamiento de la ciudad. Continuamos hasta nuestra siguiente parada. No nos olvidamos que los museos de Gijón son gratuitos así que volvemos al Palacio de Revillagigedo.
Callejear por Gijón mola un montón
En esta ocasión en el Palacio de Revillagigedo podemos admirar una exposición de cerámicas y vidrios decorados. Para nuestro gusto un poco «barrocos» no es el estilo de nuestra casa, las modas cambian. Pero hay que admitir que son unos trabajos muy elaborados y al final es parte de la historia, seguro que a nuestras abuelas les habría encantado tener esas obras en casa. En la exposición explica que en la zona de Asturias había mucha industria dedicada a las vajillas y cristalerías. Y todavía nos da tiempo de visitar otro museo. El museo de la casa natal de Jovellanos. Había varias pinturas pero lo que más nos llamó la atención fue una fotografía antigua del paseo muro de la playa de San Lorenzo. Como han cambiado las ciudades en poco tiempo.
Empieza a anochecer en Gijón
Son las siete y media de la tarde. Empieza a anochecer. Todavía estamos llenos de la super comida que hemos hecho y a la vez estamos cansados de tanto callejear por Gijón. Frente al museo Jovellanos, en la misma plaza Jovellanos hay una terraza y nos sentamos a tomar algo. Vemos como la terraza se empieza a llenar con gente de todas las edades. Después de éste descanso vamos andando tranquilamente hacia el hotel y nos encontramos con otra zona con mucho ambiente. La plaza del Parchís y la calle de la Merced. Nos sentamos a tomar algo en otra terraza y aquí no podemos resistir en pedir unas tapas. Cansados y cenados, nos vamos a nuestro hotel por éstos días, el hotel Hernán Cortés a descansar. Al día siguiente queremos visitar más lugares de Gijón.