1 de abril de 2019
Escapar a Brujas
Después del primer contacto con Bruselas y descubrir sus maravillas, hoy tenemos en el plan, escapar a Brujas. Ya habíamos leído en muchos posts que Brujas es una ciudad que merece la pena visitar, algunos la llaman la Venecia del Norte, otros solo dicen que no nos la podemos perder, así que como somos buenos viajeros y hacemos caso a los consejos. Hoy nos vamos a escapar a Brujas.
Como siempre empezamos el día en nuestro apartamento de Airbnb, después de la higiene mañanera y el desayuno nos acercamos a la estación central de Bruselas. En las máquinas compramos los billetes de tren sin ningún problema, unos 28€ por adulto ida/vuelta, hay unos billetes para menores de 26 años que valen unos 13€ y compramos ese para Carlota que tiene 9 años. Luego el revisor nos dijo que los niños hasta 12 años no pagan, así que podríamos haber ahorrado un poco… Desde Bruselas en tren es muy fácil escapar a Brujas y el viaje dura alrededor de una hora. La estación de Brujas está un poco en las afueras. En una oficina de turismo cojemos un mapa de lo más recomendable para ver en la ciudad. Salimos de la estación cruzamos una gran avenida y ya empezamos a ver ese aspecto medieval de la ciudad, con murallas, torres, jardines y por supuesto sus famosos canales aunque en algunos puntos parecen más lagos o estanques. Luego leímos que era como puertos para zonas de carga y descarga.
Paseando por Brujas
Una vez ya estamos en el centro de la ciudad, hay que destacar que Brujas nos enamora al instante. Calles con muy poco tráfico, edificios con ese encanto medieval, calles empedradas, todo muy limpio y claro está, puentes y canales que le dan un toque muy romántico a la ciudad. 
Por supuesto no podemos parar de ir mirando las tiendas, sobretodo las de chocolates, tienen una pinta maravillosa. El centro es pequeño, pero como hemos dicho nos encanta ir andando por sus calles. Admirando todo lo que nos rodea, así que nos lo tomamos con calma. Así que, poco a poco, andando por sus calles, haciendo muchas fotos, llegamos a la famosa Plaza del Mercado.
La Plaza es maravillosa, muy grande con unos edificios preciosos y la fachada del ayuntamiento nos encanta. Se empieza a notar la llegada de turistas y excursiones, esta zona es más céntrica. Decidimos dar un paseo por las calles de alrededor que ya tienen más tiendas. Es un poco temprano, pero ya tenemos un poco de hambre y con una niña hay que adaptarse. Vemos un McDonald’s y no lo pensamos dos veces. Nos sentamos a comer unos menús de Big Mac, nos sorprende que a Carlota le ponen patatas fritas y unas mini zanahorias de bolsa, para que coma sano… Con el estómago lleno volvemos a pasear y nos acercamos al punto de partida de las excursiones en barco.
Crucero por Brujas
No sabemos si hay más lugares de salida de excursiones en barco, pero nosotros salimos desde aquí. Cómo era hora de comer no había nada de cola, pero aún así se acabó llenando el barco. 10€ por adulto y los niños 6€. 
El paseo en barco por Brujas tiene una duración de unos 45 minutos y ya os decimos que lo recomendamos totalmente.
Ya que hay canales que no tienen calle peatonal al lado y siempre desde el agua se tiene otro punto de vista de Brujas y sus monumentos. 
La verdad es que compararla con Venecia nos parece un poco exagerado, tiene varios canales que si suman varios kilómetros navegables por toda la ciudad. Pero ni mucho menos es como Venecia donde todas sus calles son agua y todos sus edificios son impresionantes. Eso sí, hay edificios preciosos para ver y muchos rincones con encanto para descubrir en Brujas, lo que la convierte en una ciudad imprescindible para visitar. En el barco lo pasamos muy bien, el conductor va explicando chapurreando francés, inglés, algo de español y sobretodo el lenguaje internacional de los gestos.
Callejear por Brujas
Al bajar del barco decidimos callejear por Brujas, buscando sus rincones secretos. Llegamos al Puente de Bonifacio, sin lugar a duda uno de los lugares más fotografiados de Brujas. Hay una leyenda que dice que debes cruzar el puente en 7 pasos para encontrar el amor y por ese motivo hay muchos turistas dando zancadas por el puente. Por supuesto nosotros también lo intentamos. Pero sobretodo hacemos muchas fotografías, ya que el lugar donde se encuentra el puente es una maravilla. Al lado hay un pequeño parque que también es fantástico.
Seguimos callejeando por Brujas y volvemos a la Plaza del Mercado, para hacer más fotografías, ver el campanario y disfrutar de las maravillosas fachadas que tienen todos los edificios de la plaza. 
Nos sentamos un rato para disfrutar del lugar con calma. Nos acercamos a Go.fre y nos compramos unos deliciosos gofres de palo para merendar. Sin duda una muy buena elección. Nos quedamos un rato más tonteando por la plaza, nos encanta y estamos más a gusto que en brazos. 
Vamos tomando más fotografías de Brujas mientras poco a poco ya vamos volviendo hacia la estación de tren. Eso sí , sin parar de admirar las calles y edificios de Brujas y por supuesto tomando muchas más fotos. Nos ha encantado escapar a Brujas ya que tiene el encanto de un pueblo con los servicios accesibilidad y cosas para ver de una ciudad.
Regreso a Bruselas
Se nota que todos los turistas hacen lo mismo, y en la estación de tren hay mucha gente y el tren va muy lleno. De hecho no encontramos asientos libres en segunda clase y muy pocos en primera. Aunque nuestros billetes son de segunda, nos sentamos en primera por falta de espacio. Al poco viene el revisor (muy amable) y le enseñamos los billetes, le decimos que no había sitio en segunda, y nos dice que Carlota no debería pagar y que ya que le hemos comprado billete, que compensa la diferencia de viajar en primera. Así que regresamos a Bruselas en primera clase más cómodos.
Escapar a Brujas ha sido una idea genial. Habíamos leído que mucha gente hace en un día la excursión de Brujas y Gante. Gante está a mitad del camino entre Brujas y Bruselas, pero a nuestro parecer no da tiempo a visitar las dos ciudades en un solo día. Así que anotamos otro destino pendiente en nuestra lista: Gante.
Otra vez en Bruselas
Estamos cansados, pero de camino a nuestro apartamento de Airbnb, no podemos evitar parar el la Grand Place y acercarnos a ver el Manneken Pis, que a estas horas tiene muchos menos turistas y nos podemos hacer un selfie a primera fila. 
Son casi las ocho de la tarde y todavía es de día, se notan los días largos de primavera. Estamos cansados de estar todo el día visitando lugares increíbles y más con una niña, así que volvemos tranquilamente a nuestro apartamento a descansar. Cogemos unas pizzas para llevar que las comemos tranquilamente en el apartamento. Miramos una película en la tablet ya que el apartamento no tiene televisión. Y a dormir que todavía nos queda un día más de vacaciones en esta fantástica ciudad.
