Viernes 15 de abril de 2022
El primer día de viaje, misión llegar a Nueva York
Obviamente la forma más utilizada para llegar a Nueva York, es el avión. Es una de las ciudades más grandes del mundo y dispone de tres aeropuertos internacionales. Esto supone que casi todas las compañías aéreas tienen algún vuelo con destino Nueva York. Lo cual supone que tal y como explicamos en la entrada, antes de viajar a Nueva York. Podremos encontrar mucha variedad de precios, combinaciones, horarios y escalas. Nosotros siempre os recomendamos reservar con la mayor antelación posible y comparar bien las ofertas hasta el último paso (añadir maletas, asientos, etc.). En nuestro caso, encontramos una buena oferta con TAP (haciendo escala en Lisboa) que es bastante lógica. Pero unos amigos una vez, encontraron una oferta haciendo escala en Estambul, lo cual supone muchos más kilómetros, pero el precio manda. Los horarios bastante correctos salir a las 11:25 de Barcelona y llegada a las 20:05 a Nueva York con una escala de cuatro horas. Que la compañía tenga tiempo de poner la maleta en el avión correspondiente durante la escala. Llegamos y aparcamos nuestro coche en el aeropuerto como de costumbre, y lo tendremos esperando a nuestro regreso.
Que hacer durante la escala
Durante una escala, seguramente pasaremos un buen rato aburridos. Según las horas de duración de la escala, podemos valorar la opción de visitar la ciudad. Hay compañías que por el mismo precio te dan la opción del Stop Over, es decir que la escala es de uno o varios días y podemos hacer dos viajes en uno. TAP ofrece ese servicio. No era nuestro caso, nuestra escala era de alrededor de cuatro horas. Tiempo más que suficiente para aburrirse, pero cuidado, a veces puede implicar un cambio de terminal, pasar por el control de pasaportes, aprovechar para comprar y comer algo, pero sin encantarse demasiado. Parece que da mucho tiempo para todo, pero al final hay que hacer varios trámites. Por ejemplo, nosotros en nuestro caso, teníamos que entregar el ESTA, enseñar el pasaporte COVID, enseñar el test de antígenos, etc. Así que nuestro consejo es que no os confiéis demasiado.
Consejos para superar un vuelo largo
Todos tenemos muchas ganas de llegar a nuestro destino y empezar a disfrutar de todo lo que nos ofrece la ciudad de Nueva York. Pero antes nos queda superar un vuelo de bastantes horas de duración sumando al tiempo que ya llevamos de escala. Aquí no hay solución mágica y sobre todo, nos lo tendremos que tomar con paciencia y filosofía. En nuestro caso, Silvia tiene mucha facilidad para dormirse en cualquier sitio, ha habido veces que se ha dormido mientras el avión está despegando, en cambio luego lleva fatal el jet lag, se despierta en mitad de la noche, no puede dormir a la hora que toca, etc. En cambio, Andreu no puede dormir si no es que está tumbado en una cama, pero lleva mejor el jet lag. Así que, nosotros solo podemos decir que hagáis lo que podáis y que cada uno practique sus trucos. Los que queráis intentar dormir, puede resultar interesante llevar un antifaz, tomar algún medicamento estilo melatonina o relajante. Quitarse los zapatos, y llevar ropa muy cómoda para superar las horas del vuelo. Si ya sabéis que no podréis dormir preparar algo de entretenimiento sin molestar demasiado. Libro, revista o la guía del viaje es una opción. Estos vuelos, suelen tener pantalla con entretenimiento, películas, series, información de destino, etc. En este caso TAP, nos facilitó mantas, auriculares y ofrecieron comida y bebida durante el vuelo. A nuestro lado teníamos sentados a un bebé y al subir al avión, nos asustamos pensando que nos amargaría el vuelo, pero todo lo contrario, se portó fenomenal.
Control de fronteras en el aeropuerto
Por fin, el avión ha aterrizado en el aeropuerto JFK. Estamos muy emocionados por llegar a Nueva York, salimos del avión y seguimos el camino hacia la sala de control de pasaportes y recogida de equipajes. Al llegar a la sala de control de pasaportes, está preparado para hacer una cola en zig zag inmensa, pero nos alegramos de que casi no hay gente. A los pocos minutos, nuestro gozo en un pozo, ya que vemos que solo hay tres agentes y la cola avanza muy, muy despacio. Nos toca esperar más de 30 minutos. Llega nuestro turno y primero pasa Silvia, luego pasa nuestra sobrina Bruna, las dos sin problemas. Pero a Andreu, el agente le pregunta su profesión, si ya había estado en Estados Unidos y cuanto dinero en efectivo llevaba, después de eso muy amablemente el agente le indica que tiene que ir a una sala que hay a un lado para comprobar unas cosas. Temiendo una inspección exhaustiva, resultó que solo tocó esperar unos 15 minutos más, repitieron las mismas preguntas, obviamente las respuestas fueron las mismas y ya nos dejaron marchar. Curiosamente en la sala éramos todo hombres de más o menos la misma franja de edad. Así que debían buscar algo en concreto. Mientras esta espera. Silvia y Bruna ya habían cogido las maletas de la cinta de recogida de equipajes.
Como llegar a Nueva York desde JFK
Aquí volvemos a explicar lo que nosotros hicimos y os explicaremos por qué elegimos esto. Pero como siempre, os recomendamos que cada uno elija la opción que más le interese. Nosotros teníamos reservado un traslado en vehículo privado. Y fue de maravilla, al aterrizar el conductor nos había enviado un WhatsApp preguntando si había ido todo bien, más o menos cuanto tiempo nos faltaba para salir y nos indicaba el lugar donde nos estaba esperando. Estaba a pocos metros de la salida del aeropuerto, nos ayudó a cargar las maletas al coche y nos dejó justo en la puerta del hotel SpringHill Suites by Marriot Manhattan Chelsea, que habíamos reservado a través de Booking. El traslado fue rápido, directo y en un coche grande y muy espacioso. El conductor fue muy amable y nos explicó alguna cosa de la ciudad. Ahora os vamos a explicar nuestra elección. Viajar en transporte público no es fácil, se requieren varios traslados, hay muchas escaleras en el transporte público, que dificulta el desplazamiento de las maletas y al final puede resultar por unos 20€ por persona, es decir que siendo 3 ya casi tenemos el precio del traslado. En el taxi, no están incluidos los peajes ni las propinas, así que no queríamos llevarnos sorpresas desagradables, nosotros preferimos un precio cerrado y sin sorpresas. Y finalmente, la diferencia con un traslado compartido no es tanta, pero se puede perder bastante tiempo en el reparto de viajeros por Manhattan. Así que salvo que viajéis solos, donde si merecería la pena el esfuerzo del transporte público. Nosotros os recomendamos contratar un traslado privado. Buscad y comparad que seguro que encontraréis una buena opción.
Al llegar a Nueva York, hacer el check-in
Llegamos al hotel y hacemos el check-in, y aquí os vamos a explicar un problema que tuvimos durante el viaje. No era otro que pagar el hotel. Lo lógico es que nos cobren el importe de la reserva y nosotros íbamos con esa intención. Pero resultó que el hotel, lo que nos pedía era una tarjeta de crédito como garantía, por si nos íbamos sin pagar y el último día pagar toda la estancia. Nuestra entidad bancaria interpretó un movimiento de dinero en un país extranjero como un intento de fraude, y bloqueó la operación. Nos dejaron entrar en la habitación pero tardamos varios días en poder solucionar el problema. En el momento de hacer la reserva, habíamos solicitado si era posible una habitación con vistas, y nos ofrecieron esa posibilidad. El hotel tenía 44 plantas y nosotros estábamos en la 40 con vistas al Downtown. Las vistas eran increíbles. La habitación al tener dos camas dobles tenía el espacio un poco ajustado, pero las vistas lo compensaban con creces. Pero como siempre os decimos, os recomendamos comparar y buscar el alojamiento que más se adapte a vuestras preferencias y necesidades.
Llegar a Nueva York, no podemos resistir el primer paseo
Son alrededor de la diez de la noche en Nueva York, estamos muy cansados porqué ha sido un día muy largo. Si tenemos en cuenta el cambio de hora, ya es de madrugada. Pero no podemos resistir la tentación de tener una primera toma de contacto con la ciudad. Nuestro hotel está ubicado bastante próximo a Times Square y nos queremos acercar para la primera visita. Y aquí queremos hacer una pequeña mención. Nueva York es una ciudad maravillosa, impresionante, dinámica, viva y muchos más adjetivos, pero también os avisamos, sobre todo por la noche, es muy sucia. Los neoyorquinos generan mucha basura que depositan encima de las aceras y las calles se quedan muy oscuras, ya que el alumbrado público es bastante pobre. Luego, en Nueva York hace poco legalizaron la Marihuana, pero nos sorprendió mucho que la vendían por la calle, sin ningún tipo de regulación, ni control. Totalmente opuesto a lo que sucede en Ámsterdam. Aún así, llegamos a Times Square, sus edificios con pantallas en las fachadas, el ambiente que hay, y el saber que vamos a disfrutar los próximos días de esta increíble ciudad de Nueva York, nos emociona muchísimo. Con el cuerpo un poco destartalado por el cambio de hora comemos un perrito caliente en un puesto callejero, y nos estafan un poquito por qué nos cobran casi 10 dólares por unos perritos pequeños, no demasiado buenos. Poco a poco descubriremos que los precios en Nueva York han subido muchísimo desde nuestro anterior viaje en 2008. Pero necesitamos viajar y nos adaptaremos a todo. Ahora volvemos al hotel para descansar un poco y coger fuerzas para disfrutar de la ciudad.